6 de abril de 2010

Porque me lo debo y lo merezco


Después de ver un partido increíble del Barça contra el Arsenal, en el que Lionel Andrés Messi ha marcado cuatro goles que -debido al uso exagerado del lenguaje que impera- no hay adjetivos que les hagan justicia, veo todas las lecciones que el fútbol enseña.

Josep Guardiola es entrenador de fútbol. Eso da igual. Si fuera panadero, las lecciones serian las mismas. Hablo de su filosofía. De la forma en como entiende la vida, el trabajo y el éxito.

Hablando con mi hermano, nos planteamos que quizás tuvimos una infancia muy ociosa. Muy vertida hacía el gozo de vivir y poco hacía el deber, la disciplina y el esfuerzo. No cabe decir que no se lo echo en cara a mis padres. No puedo. Nos dieron una infancia maravillosa, probablemente repleta de cosas que ellos no pudieron vivir como niños. Viajamos, escuchamos música, hablamos, fuimos a museos, a reuniones de señores mayores que hablaban de cosas de señores mayores, jugamos y volvimos a jugar.

En mi mente, cuando se trata de trabajo, todo me hace aguas. Se me mezclan conceptos como "el objetivo de la vida es vivirla" con conceptos como "hay mucho por hacer y tu no haces nada"...en fin, diálogos de estos que al final, me dejan sentado en la misma silla, pero un poco mas hundido en ella.

Guardiola, entrenando al Barça, ha dejado mas que claro que el camino hacía el éxito (cualquier tipo de éxito) es el esfuerzo, la constancia, la humildad, la superación y la disciplina. Y eso sirve para todo. Sirve para un músico, para un terapeuta, para un futbolista y para un paleta.

Y si no veo todo eso en mi, tendré que inventarlo. Porque el mundo me lo pide, y el mundo soy yo. Y lo merezco. Merezco demostrarme que soy mas de lo que que creo.

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