31 de enero de 2010
Nuestra canción
Radiohead – Everything is in its right place
Justo antes no sabíamos nada. Justo antes tal vez temimos que fuera otro desengaño. Pero todo sucedió tan fácil que parecía que no éramos nosotros los que habíamos decidido que esto naciera.
Llegasteis con las mismas dudas, temores y timidez que nosotros llevábamos dentro. Y poco a poco las defensas cayeron y lentamente nos sumergimos en un momento presente que duró quince días.
Tom Yorke no dejaba de repetir que todo estaba en su sitio. No es que eso aportara nada nuevo, porque era algo evidente por si mismo. Todo fluyó con la facilidad con la que crece la hierba o con la naturalidad que hace que la serpiente cambie una piel muerta por una nueva y brillante.
Fluyeron las palabras, nerviosas al principio. Después fluyeron las risas, que aliviaron la tensión. Después empezaron a nacer sentimientos y deseos y sin darnos cuenta, nuestras manos marcaron tu piel entre gritos de placer, espasmos de dolor y la sensación de estar mas vivos que nunca.
El tiempo paró y podría haber parado para siempre. Yo hubiese roto todos los relojes y quemado todos los calendarios para perderme en esta espiral infinita. Una espiral en la que las fronteras entre unos y otros se disipan, ahí donde el pensamiento deja de ser un policía para convertirse en la madre que solo se preocupa de dar amor, comprensión, fuerza y paz.
Fuimos solo un canal. El canal por el que el Universo recordó que se puede marcar el cuerpo de alguien por amor, que se puede vivir y convivir olvidando todos los miedos aprendidos, que se puede ofrecer sin limite y sin limite recibir, que el juicio no es necesario para sobrevivir, y que sobrevivir es lo que hacen aquellos con miedo. El Universo recordó que la moral, la norma y la regla son vacuas cuando estás lleno por dentro. Fuimos el canal por el cual se expresó la realidad de que cualquier ser despierto del Universo sabe diferenciar entre un acto de amor y otro de miedo.
Pero no tuve tiempo de romper todos los relojes y de quemar todos los calendarios. Y tuvimos que decir “hasta luego”. Y lo hicimos siendo otras personas. Unas personas mas libres, mas llenas y mas grandes. Unas personas que por fin se atrevieron a sentir plenamente. Unos seres que saben que no se puede amar sin llorar y que llorar puede ser el fruto de una felicidad hermosa y eterna.
Y ahora que no estáis aquí, cuando Tom Yorke sigue diciendo que everything is in its right place, me cuesta un poco creerle y hasta me dan ganas de decirle que no. Pero en el fondo sé que así es y así ha sido siempre.
Nuestros puños están apretados para que el tiempo pase rápido hasta que se pare de nuevo.
Y con enero, se fué una forma de ver las cosas...
Ya no siento mis pies tan pegados al suelo y sin embargo, nunca lo habían estado tanto. Antes flotaba con mi mente y me perdía en caminos neuronales (y neuróticos a veces). Ahora quiero flotar con mi cuerpo por el mundo mientras mi mente está en el suelo.
Llevo un año y medio viviendo en Berlin. Dejé Barcelona porque necesitaba un reto. Ahora, después de un tiempo, siento que mi cuerpo, mente y alma me piden otros retos.
Os dejaré ver mi corazón de madera...
Bienvenidos.
Llevo un año y medio viviendo en Berlin. Dejé Barcelona porque necesitaba un reto. Ahora, después de un tiempo, siento que mi cuerpo, mente y alma me piden otros retos.
Os dejaré ver mi corazón de madera...
Bienvenidos.
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