NIÑO: No intentes doblar la cuchara. Eso es imposible. En vez de eso,
      sólo procura comprender la verdad.
      NEO: ¿Qué verdad?
      NIÑO: Que no hay cuchara.
      NEO: ¿No hay cuchara?
      NIÑO: Si lo haces, verás que no es la cuchara la que se dobla, sino tú mismo.
Si quieres ser libre, la buena noticia es que
sólo depende de ti. Cuando antes llegas a esa conclusión, antes te ahorras vivir como una víctima, sin poder, que está en manos de cualquiera que emita un juicio.
Las cosas y personas que hay alrededor tuyo, tienen exactamente el poder que tu les otorgas. Dicho de otra forma,
si crees que algo o alguien tiene poder sobre ti, en efecto, lo tiene. Por el contrario, si te das cuenta de que tú decides en cada momento -inconscientemente al principio- como te afecta lo que te rodea, puedes empezar a
decidir conscientemente cual es tu percepción de tu entorno.
Voy a hablar de la hipersensibilidad, porque la he vivido en mis propias carnes y la conozco de cerca. Alguien que se muestra hipersensible, está diciendo entre lineas y de forma muy sofisticada
"no pienso estar bien hasta que el mundo cambie para mi". Ese es un deseo inalcanzable. El mundo no cambia para nadie. Sin embargo, hay algo que sí puede cambiar. Se trata de la relación que nosotros tenemos con el mundo.
Las cosas no son de una forma determinada. Este punto es crucial.
No hay una realidad objetiva y cuando este punto se interioriza y se comprende, de repente resulta evidente que gran parte de nuestras estrategias vitales se basan en una creencia falsa: "Yo sé como es la realidad".
La primera cura para ese malentendido es la humildad. Darte cuenta que más bien sabes poco o apenas nada acerca de la vida, la realidad y tu mismo es muy liberador. De repente
te libera de la presión (prisión) que parece que tenemos encima de los hombros por tener todas las respuestas, saberlo todo y evitar el error a toda costa.
Si no hay una realidad objetiva exterior, si no una realidad paralela para cada individuo que la observa, lo importante resulta ser el punto de vista de esa observación. Escogemos el punto de vista en base a nuestras creencias.
Vemos aquello que nuestros filtros de creencias dejan pasar y jamás veremos aquello que ponga en peligro o en entredicho nuestras creencias. Por eso es importante mantenerse atento a cuales son esas creencias en nuestro cerebro. Esas son las lineas de programación que le dicen a nuestra mente como funcionar.
Si no te sientes lleno y feliz, probablemente se debe a que algunas de esas "lineas de programación"
entran en conflicto con la naturaleza de la existencia. Por eso creo que es importante observar atentamente nuestras creencias o -en el caso de ser inconscientes-
observar nuestros actos para ver que nos cuentan de nuestra forma de entender la vida, para poder así cambiar -reprogramar- las creencias que ya no nos sirven, que nos quitan poder, que nos obstaculizan o que simplemente, no son nuestras, si no adquiridas durante la infancia o a través del colegio, la familia o la sociedad.
Pero este proceso requiere el convencimiento claro y tenaz, de que no hay una realidad objetiva -
la realidad la elijes tú, en base a la elección de prestar mas atención a unas cosas o a otras-, el convencimiento completo de que tú no eres de una forma o de otra, si no que
funcionas en base a un sistema operativo que puedes reprogramar a tu antojo. Es decir, para tomar el control de tu vida, necesitas darte cuenta de que ya tienes el control de tu vida.
Si llevas 20 euros en la cartera, pero no lo sabes, es como si no llevaras nada.
Resumiendo:
- No existe tal cosa como una realidad objetiva ahí fuera. Cada punto de vista de cada individuo es cierto y real para ese individuo.
- Los parámetros por los cuales funcionamos en la realidad son nuestras creencias -que pueden ser conscientes o inconscientes- y podemos acceder a esas creencias detectándolas primero, y reporgramandolas según nos convenga después. (La meditación, los papelitos escritos en el espejo, las afirmaciones a lo Louise Hay, algunas drogas psicodélicas y muchas otras herramientas están disponibles para ayudar en ese proceso, aunque lo único verdaderamente necesario, es la voluntad de vivir de una forma más equilibrada.)
- Nuestras creencias conforman nuestro sistema operativo. Si cambiamos el sistema operativo, cambiamos la forma de operar en el mundo y también cambiamos la forma en como leemos la vida. Así pues, reprogramando nuestras creencias, nos permitimos ver un mundo diferente. Tan real -o ilusorio- como el anterior, pero menos dañino y con menos sufrimiento (en caso de haberlo elegido así, claro está).
"La decisión mas importante que puede tomar un hombre es, si vive en un universo amigable, o en un universo hostil." Albert Einstein